Durante
la primavera de este año, los medios comenzaron a anunciar
profusamente la aparición de nuevos y reveladores materiales sobre
una de las etapas más magnetizantes en la historia de las giras
dylanianas: la de la Rolling
Thunder Revue.
El 7 de junio se pondría a la venta una colección de 14 CDs
titulada RTR.
The 1975 Live Recordings,
y cinco días después Netflix estrenaría lo que se publicitaba como
un documental sobre la gira dirigido por Martin Scorsese. El cartel
reproducía una de las fotos más emblemáticas de Dylan -su favorita
(en blanco y negro), afirmó en una ocasión-, la que le hiciera Ken
Regan en perfil de tres cuartos enmarcando sus ojos insondables entre
un sombrero con el ala cubierta de flores y un pañuelo que sugiere
el movimiento de quien, al caminar, escucha su nombre -quizá otro- y
vuelve la cabeza buscando el origen de la voz. El cartel de Netflix
había imprimido a la imagen un rotación desconcertante y coloreaba
las flores y el pañuelo con intensos tonos de acuarela. Bajo el
título, siete palabras definían certeramente el contenido de la
película: “A BOB DYLAN STORY BY MARTIN SCORSESE”, todo el
mayúsculas, los dos nombres gravitando en torno al concepto central.
La rotación del perfil de Dylan, los colores sobrepuestos a los
tonos grisáceos de la foto y la preeminencia de la palabra “story”
podrían servir como indicios alertadores ante cierto tipo de
expectativas, cabría pensar a
posteriori.
Pero plantearse interpretar la carga simbólica de los ingredientes
de ese cartel al contemplarlo por primera vez habría requerido algo
que me está negado: permanecer invulnerable ante la sugestiva
belleza de la imagen, ese rostro suspendido en el tiempo, mirándote
a los ojos como para disuadirte de seguirle o para invitarte a
hacerlo.
Yo
no puedo serle inmune, porque hace ya mucho que acepté esa
invitación de Dylan. En noviembre de 1975 me uní a la Rolling
Thunder Revue.
Ahora, casi cuarenta y cuatro años después, también a mí me ha
llegado el momento de volver a conjurar aquella magia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario